Hay muchas imágenes de caricaturas de la infancia de las cuales aún encienden el niño que habita en nosotros, no hay que perderlo, si de animaciones se trata, me gustan la de los últimos años, antivillanos, princesas que no buscan ser rescatadas y ellas rescatan, mounstros valientes y que visibilizan emociones.
Hoy entre mi pequeña y yo creamos el proyecto escolar de hacer un teatro guiñol con un fragmento de obra menor a 5 minutos, aunque me imagine que escogería algún cuento de sus personajes favoritos de la familia del ratón, me sorprendió, eligió un cuento de los que lee antes de dormir, precisamente de validación de emociones de una madre a su hijo. Y pues anda mamá, a hacer los muñecos, realmente estuve procrastinaciones una semana y hace 24 horas en un tris tras los hice a lo que me dio entendimiento, con escenografía y todo.
Y fueron felices y comieron perdices...
¿o no?